
Bravo por los niños
En época de pandemia, niños que tendrían que estar saltando, jugando, corriendo, gritando. Mantienen la distancia, sentados, con sus mascarillas.
Bravo por ellos y por la labor y concienciación de sus educadores y profesores, ya que no es fácil conseguir esto. ¿Y porque digo esto y pongo la foto?, pues muy sencillo: el sábado tuve un altercado con un grupo de quinceañeros porque estaba haciendo un botellón.
Todos juntos, apelotonados, fumando y sin guardar la distancia y por supuesto sin mascarillas. Cuando salí a decirle que aquí no podían estar, y menos sin guardar la distancia pertinente y sin mascarillas, se encararon diciéndome que quien era yo para decirle eso y echarlos de la zona de aparcamiento.
Que ellos podían estar allí y les dije que no, que era zona privada y menos para estar bebiendo Emdbraü, perdonen el anuncio, (lo del botellón es algo que está prohibido todos los saben y durante años se ha permitido hacer sin control)
Por supuesto la distancia entre ellos no sé mantenía y todos sin excepción iban sin mascarillas y echando humo sin parar.
El listo del grupo y gallito volvió a repetir. ¿Es usted el dueño de esto? y le dije: ¿tú qué crees? ¡Dímelo tú! Un poco harto de su petulancia quinceañera.
Entonces la chica que estaba con él, un poco más sensata le dijo: venga vámonos, si lleva toda la razón, ninguno llevamos mascarillas y estamos en piña que no se puede.
Mi gran pregunta: ¿es la educación la base para salir de esta pandemia? ¿O la concienciación del problema radica en la educación?
Los niños cumplen con el protocolo, porque los adolescentes, jóvenes y mayores no lo hacemos.
Lo dejo para dar un paso más en la búsqueda de la vacuna.
Joaquín Martínez Gil