Aquí puedes probar...
Heineken
Paulaner
Guiness
Ipa Lagunitas
El Águila Sin Filtrar
Yakka
Image Alt

La Mirada

La Mirada

Las ilusiones se esconden y se maceran en el tiempo para tener un resultado aceptable. Las huidas del pensamiento solo transitan en la memoria, y es esta, quien localiza las imágenes que nos hacen seguir el camino que marcan los mojones de la ilógica dualidad.

Metáforas tangibles que precisa el sentimiento para seguir el largo viaje que difumina la realidad de la ensoñación: no sé si fue hoy o ayer, cuando me perdí. Si el tiempo existe o, si lo invente en un golpe de viento que trasladó la oscuridad de las ideas, en el resplandor de las formas.

Sentimiento puro que nos corresponde siempre ante la mirada y el objeto en cuestión que nos identifica y nos corrobora como meros entes ficticios de la imagen. El saber y sus opiniones son obra de nuestro demiurgo o interioridad, es aquí donde constantes procesos de cambio hacen de una figura, otra figura que concibe la idea en el interior de la forma: en una conjunción de intenciones y significados, de apariencias y realidades.

La lluvia se convierte en oro, la muchacha en un bello y ejemplar narciso que convierte el vientre materno en un frustrado intento de concebir el arte como un columpio sostenido en los desmanes de los dioses.

La imagen: una idea sin descifrar, transforma nuestro concepto de la realidad entre saetas turbias y estrellas de cristal. Forma y vacío son realidades conjuntas, definen la imagen como concepto inseparable de la visión en los desmanes sensuales que adormecen el entendimiento por el río de la calle ¡hasta el mar!

Si el azul es el color del entendimiento, la preconcepción decide el destino marcado a una persona; mientras el corazón, trasmite al sentimiento los latidos necesarios para que los campos de la memoria, fertilicen en sus entrañas los procesos creativos del pensamiento y crezcan espigados de un oro reluciente.

Así como el atardecer, muestra sus intensos rojos nacarados como embudos que absorben todo el horizonte, avivado por una brizna de brisa aterciopelada, dirige la mirada allí, donde habita el círculo de la pasión. Donde la contemplación se pierde en el infinito y posa en la belleza, la definición del ser.

Joaquín Martínez Gil